
¿Es suficiente el amor para mantener y disfrutar de mi relación de pareja?, ¿por qué un día siento amor y otro ya se ha ido?, ¿el “amor” se acaba?, ¿qué puedo hacer para que se quede en mi relación?.
¡Ay,…cómo nos gustaría que eso tan especial, gratificante y placentero que sentimos cuando nos enamoramos durara para siempre y sin necesidad de hacer nada!
El problema es que cuando ya no sentimos eso que llamamos “amor”, entonces llegamos a la conclusión que eso tan especial que sentíamos, un buen día, salió volando por la ventana y no supimos ni cuándo, ni cómo, ni por qué despareció.
¡Menuda decepción, esto del “amor”, con lo bien que luce en las pelis!.
Te diré que para aumentar la probabilidad de mantener tu relación de pareja estable y duradera es necesario que reflexiones sobre esto:
1. Eso que sientes cuando conoces a alguien y te quedas prendado de él o de ella, NO ES AMOR, se llama enamoramiento, en definitiva, un sentimiento con base hormonal, que según los expertos suelo durar entre un año o año y medio. Sí, son esas famosas mariposas en el estómago que todos hemos sentido alguna vez, pero que en el momento que la relación se va haciendo duradera y estable, esto va menguando, y van apareciendo otros sentimientos más profundos y estables como el cariño, el apego, afecto…
2. Si cuando el enamoramiento y sus efectos van menguando, y los problemas, la rutina y la monotonía van haciendo mella en la relación, entonces ¿qué nos motiva, nos da fuerza y nos impulsa a continuar esforzándonos por la relación?, ¿el amor?, pero ¿qué es el amor para que nos de la fuerza sobrehumana para esforzarnos en la relación, aún cuando las cosas no van bien y mis emociones de enamoramiento ya no me impulsan?. ¿Acaso es algo mágico?. Por supuesto que no, de hecho, lo que tenemos que hacer es reflexionar sobre qué es el amor. Mira el concepto que tienes sobre el amor y así serán las expectativas y actitudes sobre tu relación. Unas expectativas inadecuadas y alejadas de la realidad harán que sufras mucho y dañes la relación.
3. El amor es una emoción agradable, es una forma de sentir hacia otra persona, algo que nos vincula a otro ser humano. Sin embargo, ¿por qué se nos gasta y agota el amor?. La respuesta es que el amor sale de nosotros, seres humanos limitados e imperfectos y por ello de algo imperfecto como nosotros, no va a salir una forma de amar perfecta e inagotable. Las personas nos desgastamos y nos cansamos, nos decepcionamos y nos quedamos atrapadas en sentimientos de amargura, odio, resentimiento, culpa y rencor, que ahogan y matan los sentimientos de amor hacia los demás.
Por tanto, la cuestión sería: si pudiéramos aprender a gestionar y controlar esas emociones tan destructivas, entonces ¿mis sentimientos de amor hacia el otro prevalecerían?. Por tanto, ¿el amor no se iría?.
La cuestión es que estas emociones tan desagradables son fruto de no saber resolver los problemas de pareja que a lo largo de la vida van apareciendo. “El problema en pareja no es tener problemas, sino no saber hacer frente a esos problemas”.
La pareja tiene muchos enemigos
Algunos de ellos son la rutina, la monotonía, los problemas, los hijos y sin duda corrientes ideológicas que te dicen que la “realización personal y tu empoderamiento es lo más importante, así que si estás aburrido o estresado con tu relación, en vez de esforzarte para arreglarla, mejor ten una relación abierta y sal de tus agobios o mejor cámbiala”. Lo cierto es que cuando las parejas tenemos problemas, buscar fuera no es la solución, sino la crónica de una muerte anunciada.
Ahora toma nota y veamos qué acciones te impulsarán a mejorar y disfrutar más de tu pareja:
Dedicaros tiempo
Aparta de tu mente la respuesta de “no tengo tiempo”. En realidad, si te organizas y pones en valor que tu relación es lo más importante en tu vida, podrás sacar unos minutos al día para mirar a tu pareja a los ojos de forma especial. Sí, como la mirabas cuando estabas hasta las trancas enamorado/a. Recuerda, como dice esa cita bíblica, “porque donde esté tu tesoro ahí estará tu corazón”. En estos momentos ¿cuál es tu tesoro?. Si tu tesoro son tus propias prioridades personales, el dinero, el trabajo, las amistades o las redes sociales… pues ya sabes dónde está tu corazón y tus actitudes hacia tu pareja no serán las que te ayuden a disfrutarla. Recuerda que no puedes amar a dos cosas o personas igual a la vez.
Aprended a comunicaros asertivamente
Valores como la transparencia, la honestidad y el respeto, van dentro de la asertividad. Si bien comunicar lo que sentimos o pensamos puede resultar en ocasiones muy complejo con nuestra pareja, ser consciente de la importancia de aprender herramientas asertivas os ayudará a mejorar vuestra seguridad personal, sentiros más comprendidos y mejorar vuestra confianza.
Intercambiad refuerzos positivos
Un refuerzo positivo es todo aquello que te gusta recibir. A estas alturas seguro que sabes todo aquello que a tu pareja le gusta que le digas o los detalles y actitudes que por tu parte le encantan. Si entráis en la dinámica de pillaros en lo positivo, estaréis menos predispuestos a fijaros en lo negativo del otro. Es una cuestión de invertir vectores. Por ejemplo, recibir a tu pareja al llegar a casa con un “beso especial” y su snack favorito, será un buen refuerzo positivo en la pareja después de una jornada dura de trabajo.
La importancia de llegar a acuerdos
¿Cuántas veces las parejas no estamos de acuerdo en algo?. Más de lo que nos gustaría. Por ello, qué importante es practicar la actitud de saber ceder de forma equilibrada. Como pareja es importante que sintáis que más o menos hay cierta armonía en eso de contentar al otro. Saber haceros concesiones será algo que reforzará vuestros lazos, entendiendo por concesión hacer el esfuerzo de hacer algo porque al otro le encanta, aunque a ti no te guste nada. Por ejemplo, si a tu pareja le gusta ir a la playa y a ti no, una concesión será ir, poniendo buena cara y contribuir que el otro disfrute contigo de ese momento. De nada servirá que vayas y estés quejándote: eso no sería concesión.
Disfrutar de la vida en pareja no siempre es posible ni es fácil, pero sí podemos aprender y entrenarnos en herramientas que potencien nuestro bienestar común.
¿Empezamos?.