Como padres y madres tenemos que aprender a integrar una educación unificada, ya que somos personas que venimos de contextos muy diferentes. Y ahí, es donde surgen muchas discrepancias educativas que producirán disputas en pareja y muchas fisuras en la educación de nuestros hijos.
La psicología, como ciencia que estudia el comportamiento humano, nos provee de herramientas y recursos que nos ayudarán a caminar con criterios unificados a la hora de entender y educar a nuestros hijos.
Por todo ello, podemos decir que una terapia familiar podría ayudarnos cuando:
Como padres tenemos muchas discusiones porque cada uno pensamos diferente en cuanto a cómo educar y qué hacer.
Nuestros hijos tienen problemas y no sabemos cómo ayudar o apoyar.
Como padres atravesamos problemas que nos afectan en nuestra relación con los hijos y nos sentimos desbordados en cuanto a cómo hacer frente a las situaciones.
Nuestros hijos tienen comportamientos hostiles y agresivos y nos sentimos impotentes respecto qué hacer y cómo hacerlo.
La relación de pareja atraviesa problemas que afectan al ambiente familiar y a los hijos, y no sabemos cómo afrontarlo.
Como padres hemos decidido separarnos y hay que comunicar a los hijos la decisión.
La familia se rompe y ahora toca buscar la estabilidad de los hijos y tomar decisiones sobre su educación, ya que ahora tendrán dos casas.
Los hijos crecen, ya son adolescentes y como padres vamos perdidos, demasiados retos que afrontar (sexo, drogas, nuevas tecnologías…).
No existen familias perfectas, ninguna relación lo es, pero lo importante es saber que los problemas de relación entre las personas son solucionables si tenemos la actitud para reconocer nuestros errores y seguir aprendido.
La vida familiar es un gran regalo, y todos tenemos una responsabilidad en el cuidado de esta.
Cómo funciona una terapia familiar
1. Fase de evaluación y explicación de las áreas a trabajar
Las primeras sesiones van dirigidas a conocer las dificultades que los diferentes miembros de la familia están experimentando. Esas sesiones son individuales con el fin de poder tener un espacio seguro donde cada persona pueda expresarse libremente.
Cuando se ha recogido toda la información, cada persona recibe por parte del terapeuta todas las explicaciones necesarias para poder entender las áreas a trabajar y qué estrategias de la psicología nos ayudarán a ir superando obstáculos.
2. Fase de intervención psicológica
Esta fase la componen todas aquellas sesiones dirigidas a aprender y entrenarnos en todas las estrategias y técnicas de la psicología, con la finalidad de ir superando las dificultades en familia.
El formato de las sesiones se decide en función de las necesidades y objetivos terapéuticos, por ello hay sesiones individuales y otras conjuntas. En cada sesión se dan unas pautas con el fin de ir integrando los recursos aprendidos y así de esta forma el aprendizaje va siendo más fluido y rápido.
Esta fase no tiene número concreto de sesiones ya que depende del ritmo de aprendizaje de la familia. Por término medio, una terapia familiar puede durar entre 10-12 sesiones. Estas sesiones se realizan de forma semanal/quincenal.
3. Fase de seguimiento
Estas sesiones son cada 15 o 20 días inicialmente, luego y de forma progresiva se van distanciando.
El objetivo de estas sesiones es comprobar que los resultados trabajados durante la fase terapéutica se vayan manteniendo a lo largo del tiempo.
El precio de la sesión de terapia familiar es de 85 € y cada sesión tiene una duración aproximada de 70 minutos.