Las presiones y el estrés son parte de la vida, sin embargo, en ocasiones se juntan una serie de acontecimientos que pueden llegar a desgastarnos física y emocionalmente.
Problemas laborales, ambientes laborales tóxicos, el cuidado de unos padres mayores, problemas familiares, son contratiempos que se van a presentar a lo largo de la vida, y que si bien no podemos evitar, si podemos aprender a regular esos estresores, con el fin de poder reducir el impacto sobre nuestras vidas.
Cierto es que a todas las personas no nos afecta por igual las dificultades de la vida y lo que he ido comprobando a lo largo de los años, ayudando a personas a salir de esta situación, es que tener un sistema de pensamientos más rígidos complica la gestión de aquello que estamos enfrentando.
La forma en cómo pensamos sobre nosotros y sobre las cosas que nos rodean es fundamental, así pues, pensar que podemos con todo y que tenemos que aguantar, nos llevará a desatender las señales que nuestro cuerpo nos envía y nos llevará a ir sobrecargándonos cada vez más.
Por ejemplo, algo que he podido observar es que cuando finalmente hay que coger la baja médica porque ya el cuerpo no aguanta, algunas personas piensan cosas como: “Debería estar trabajando, lo primero es el trabajo”, “soy débil por no haber podido aguantar la situación laboral” “¿por qué otros pueden y yo no?”, estos y otros pensamientos que hacen que nos impongamos pesadas cargas sobre nosotros hará que se complique el proceso de recuperación para volver al equilibrio físico y mental.
Indicadores de que estoy “Burn Out”
Cuando empezamos a experimentar los siguientes síntomas:
- Dolores de cabeza frecuentes.
- Dolencias musculares.
- Dificultad para mantener o conciliar el sueño.
- Crisis de ansiedad.
- Temblores.
- Molestias estomacales.
- Sensación de apatía.
- Tristeza.
- Cansancio.
- Desánimo.
- Sensación de alerta o preocupación recurrente.
- Irritabilidad.
- Sentimiento de culpa y fracaso.
Cuando a lo largo de dos semanas o más sentimos algunas de estas sensaciones físicas y emociones podemos decir que hemos llegado a quemarnos, que estamos desbordados.
El cuerpo nos envía señales, lo importante es aprender a interpretar cuando tenemos que buscar soluciones y cuando tenemos que parar y mirar hacia dentro.
Todas las personas en algún momento de nuestra vida, podemos llegar a una situación emocional desajustada como lo es el Burn Out, lo importante es aprender a aceptar la situación. Nuestra salud física y mental se complicará si no entendemos que todos tenemos límites y que cuando hemos llegado a ese punto, conviene parar, reflexionar y entrar en modo “autocuidado”.
Combatir el Síndrome de Burnout o “estar quemado”
Cómo recuperar el equilibrio en nuestra vida
Acepta que eres humano y no lo puedes todo
Eso reducirá tu sentimiento de culpa y fracaso. Mírate como mirarías a un amigo que ha tocado fondo. Seguro que lo tratarías con respeto y compasión. ¿Acaso no vas a hacerlo así contigo?
Prepárate mentalmente
Esto significa entender que ahora el propósito de tu baja, de tu parón, es el autocuidado. El autocuidado integral es el que se ocupa de la mente, el cuerpo y el espíritu. Cuidar la mente significa, entender que te ha pasado y qué significa estar en este estado emocional. Necesitas un tiempo para asimilar todo lo que te está pasando.
Fase autocuidado integral
Cuidar de ti es una actitud dirigida a las tres áreas antes mencionadas. Empezar a cuidar tu cuerpo significa, ser respetuoso con tu descanso y alimentación. Si te esfuerzas en este punto, lograrás avanzar más rápido. Cuidar tu cuerpo también implica aprender a estar en el momento presente “aquí y ahora”. Y sobre todo hacer las cosas más despacio “Slow Down”. Sí, es tiempo de desacelerar.
Cuidar tu mente
Para empezar a cuidar tu mente nada mejor que conectar con la naturaleza, disfrutar de una mascota, escuchar música, bailar… Pero sobre todo, cuida tus pensamientos, porque de ellos brota como te vas a sentir. Aprende a tener hábitos mentales saludables. Esto significa dejar de anticipar el futuro, dejar las actitudes pesimistas, catastróficas y victimistas. Aristóteles decía: “El necio afirma, más el sabio duda y reflexiona”. Podemos aprender a cuestionarnos lo que nos trae nuestra mente de forma involuntaria y automática. Podemos debatirlo, podemos aprender. Porque si cambias tu vida, cambias tu mente.
Si ahora te encuentras en este tiempo, en este proceso, podemos aprender juntos. ¡Pide información!