Inteligencia Emocional en la adolescencia: una asignatura pendiente

Por 7 junio, 2022Blog
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El pasado mes de mayo tuvo lugar un taller de Inteligencia Emocional dirigido a adolescentes, organizado por el área de la juventud del Ayuntamiento de Ribarroja.

Tengo que decir que la experiencia fue muy gratificante y que me sorprendí del nivel de implicación y colaboración por parte de un público tan exigente como pueden llegar a ser los adolescentes.

De hecho, recuerdo una madre que antes de empezar el taller nos cogió a parte y nos dijo, “¡espero que el taller sea ameno y entretenido porque mi hijo si se aburre, me dice que no vuelve más!”.

El reto no era fácil, de hecho nunca lo es, cuando trabajas con adolescentes. Sin embargo la experiencia no pudo resultar más gratificante. Las ganas de seguir aprendiendo sobre cómo regular sus emociones hizo que incluso renunciaran a los 10 min de descanso a mitad de tarde.

Una etapa de crecimiento

talleres-cursos-inteligencia-emocional-adolescencia-adolescentes-emociones-cuerpoLa adolescencia es una etapa de crisis, pero no patológica, sino de crecimiento. Los retos y cambios que las personas en esta edad tienen que afrontar son muchos, así que si les proveemos de herramientas y recursos psicológicos para poder lidiar con aquello que sienten, será de valor fundamental y clave en sus vidas.

El taller arrancó explicando qué son las emociones y dónde y cómo las sentimos físicamente en las distintas zonas de nuestro cuerpo. Que descubran que lo que sienten se llama (ansiedad, miedo, frustración, celos,…) y cómo saben que lo están sintiendo y dónde en su cuerpo en el momento presente, es el primer paso para poder regularlo después. A eso lo llamamos reconocer nuestras emociones y saber identificar la intensidad de estas.

Y para afianzar el aprendizaje, se realizaron ejercicios prácticos para que ellos identificasen en qué situaciones de sus vidas aparecían emociones desagradables, con la finalidad de que se dieran cuenta como estas pueden llegar a ser un gran obstáculo cuando son demasiado intensas.

Otro de los objetivos del taller fue aprender a diferenciar los pensamientos adecuados y objetivos y que nos ayudan, en contraposición con los irracionales o subjetivos que nos llevan a que nuestras emociones se descontrolen y nos lleven a niveles de sufrimiento más elevados. A través del ejercicio Ecuación Emocional aprendieron a ver la relación entre sus pensamientos, la intensidad emocional y finalmente su comportamiento.

Algo que les sorprendió y les ayudó mucho, fue entender que podemos cambiar nuestros pensamientos por otros más adecuados y de esa forma podemos regular y rebajar la intensidad de nuestras emociones.

Una parte crucial del taller fue el apartado de la autoestima; entender qué es y saber que la autocrítica y la comparación son enemigos de nuestra autoconfianza y aceptación, es algo fundamental en esta etapa, ya que la personalidad se está construyendo y esto hace que sean muy vulnerables en este momento.

El taller tuvo una última parte de entrenamiento en habilidades sociales. Enseñarles a decir No, expresar lo que necesitan, hacer críticas, resulta una herramienta fundamental en su autoestima y relaciones con los demás en esta etapa.

Que aprendan la diferencia entre relaciones saludables y relaciones tóxicas, que sepan que pueden regular sus emociones para tener mayor autocontrol y que también pueden autoafirmarse y poner límites con una conducta más asertiva, es una asignatura de la que sin duda disfrutaron mientras aumentaron su inteligencia emocional.